Es tan breve que el verdadero sentimiento se queda siempre a las puertas de la conciencia.

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jueves, 3 de febrero de 2011

Los martes por la mañana tomaba tostadas, y entre bostezos se subía los calcetines a cuadros que se le resbalaban, mientras, espiaba a su vecino de enfrente, quien buscaba desesperado los informes que había dejado en el cajón de la derecha de su escritorio.
Se ponía su camisa rosa y sus pantalones grises, y salía camino al trabajo esperando que su vecino se diera cuanta de que se le quemaban las tostadas antes de que saltará la alarma anti-incendios y vinieran los bomberos.

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