- Ya no tenemos nada que decirnos.
- ¿Qué va a pasar ahora?
- El silencio.
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domingo, 22 de marzo de 2015
domingo, 8 de marzo de 2015
Ayer estaba sentada tras un hombre que tenía un lunar detrás de la oreja, me pareció increíblemente hermoso y me pregunté si él lo sabía, si lo había visto de refilón en algún espejo o alguien le había señalado ya su existencia.
Quería ser yo quien se lo dijera: "tienes un lunar detrás de la oreja"; me imaginaba su cara entre sorprendida y confusa, "¿De verdad?", "Si, si" decir, "ahí" y tocarlo muy levemente con el dedo índice, como temiendo borrarlo en un descuido. Que descubrimiento maravilloso, nuestro propio cuerpo es un delicioso misterio.
No podía para de mirar aquel lunar, me resultaba irresistible, me pregunté que pasaría si le mordiese la oreja suavemente; el hombre gritaría sorprendido y se llevaría la mano a la oreja en un acto reflejo, se giraría a mirarme consternado, todos en la habitación se girarían a mirarme consternados, ¿qué aceptación social tiene la disculpa: "Tiene un lunar secreto"?
Es un impulso terrible, pero no importa, el lunar no se borra con saliva.
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