Es tan breve que el verdadero sentimiento se queda siempre a las puertas de la conciencia.

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jueves, 20 de mayo de 2010

Casualidad. El destino es una serie de casualidades, una detrás de otra, como fichas de dominó que van cayendo, y la caída de la última ficha tiene alguna gran consecuencia. Como cuando me olvidé el monedero y perdí el tren, en el mismo momento que tú leías el periódico en la cafetería; tuve que coger el siguiente tren, donde me quede dormida, mientras tú te tomabas un café; una señora me dio un codazo dos paradas después de donde debería haberme bajado, justo cuando tú pagabas la cuenta; salí del tren y aceleré calle abajo, tú paraste centímetros antes de la esquina donde deberíamos habernos chocado y conocido, y yo pasé de largo a toda velocidad. Debió de fallar alguna pieza.

10 comentarios:

  1. excelente, este fue sin dudas, uno de los tuyos que mas me gusto.
    Hay un video de lenny kravitz, "Again" que de alguna forma tu relato me trajo a la mente.

    Un saludo en la lejania.

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  2. Probablemente, ahi no debían juntarse ambas piezas, sino algo mas tarde.

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  3. O.O me encanta :) lastima que fallara alguna pieza... pero tu tranquila que ya se reordenarán y volveran a encontrarse

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  4. ese monedero maldito!
    igual, creo que lo conociste luego, quizá ese no era el momento destinado, no?

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  5. Mientras más larga es la espera (bueh... no tanto!!)más gloriosa la dicha...la próxima mira a todos lados.

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