Annie le mira con sus ojos verdes, y sonríe, sin poder evitarlo.
Esta sentada en la encimera de la cocina, lleva puesta una sudadera de hombre que le llega por las rodillas, y le observa pelearse con su cocina para hacer crêpes, muy francés. Sonríe, otra vez, esta en un estado de euforia que no sabe si lo ha provocado Elliot o el buen sexo.
- Et voila!- dice Elliot, ofreciendo el desayuno.
- Magnifique.- responde aplaudiendo, y sonríe, otra vez, ¿por qué no?
Y sonríe, otra vez, por que no?
ResponderEliminarperfecto
oh la lá!! :) qué ricas tienen que estar esas crepes si es él quien las hace :)
ResponderEliminarbuen díaaaa!! :)))
ME e-n-c-a-n-t-a
ResponderEliminarBesos desde Francia
¿noche de buen sexo y desayunar crêpes? suena genial.
ResponderEliminarPorque las sonrisas crean adicción, y cuando desaparecen provocan un mono mayor que el de las drogas más duras.
ResponderEliminary digo yo ya que estamos ¿para qué parar de sonreir? Así no tienes que hacer el esfuerzo de volver a sonreir cada segundo :P
ResponderEliminarUy dios, yo es que pienso que segundas partes nunca fueron buenas :)
ResponderEliminarBesicos
Ummm crêpes franceses hechos con amor... qué mejor para desayunar!
ResponderEliminarUn saludo.
PD: tienes un premio en mi blog
mon amour! voilá que bonito el francés! pasé para ver si me dejabas tu huelli en mi blog tmb, si qieres me sigues asi te seguiré con gusto a ti también suerte ♥!
ResponderEliminarY... ¿Por qué no?
ResponderEliminarSonreír es gratis, espontáneo y tiene la posibilidad de repetir :)
ResponderEliminarTe enlazo ^^ En mi perfil tienes mi nuevo blog.