Es tan breve que el verdadero sentimiento se queda siempre a las puertas de la conciencia.

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miércoles, 24 de febrero de 2010

La llamaban la casa azul y allí vivía Paul, antes; ahora vive una señora llamada Agnes que no habla nunca; no es lo mismo. Viviana aun se para en la puerta todas las mañanas de sábado a las 11, ella es la única propietaria de la bicicleta voladora que sigue viviendo en Moonsville; a veces se encuentra con otros dueños de la bici voladora, como Ian o Lionel, muy pocas veces con Henriette y nunca con Judith; pero a Jude todos le perdonan, ella era la que peor lo había pasado, hasta el punto de que había huido a New York en autobús, con solo un cuarto de dólar, 16 años y un timbre de bici.
"Hey Jude, don't make it bad" solía cantarle Celia cuando pasaba algo y todos, sobretodo Jude, andaban preocupados, pero no lo hizo esa vez, porque Paul había marcado un antes y un después, y en el después no había sitio para canciones, ni para bicicletas, mucho menos voladoras.

5 comentarios:

  1. Paul...jooo :(

    Bicicletas voladoras, me gusta :)

    besos desde Francia

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  2. No sé si habré entendido el final: ¿Paul se escapó con Jude y ésta como no podía llevar la bici se llevó sólo el timbre de recuerdo? Ha estado genial como siempre perole faltóuna palabra vículo o a mí me falta más sesos (también puede ser) Tu Blog es uno de mis preferidos, te lo digo en serio.

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  3. Pues es una pena, porque un viaje en bici por el cielo hoy en día vale un ojo de la cara.
    ¡Un beso!

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  4. Quiza el mismisimo Paul este alla arriba, en su bici y se este preguntando donde esta su timbre. Debe chocarse mucho con las nubes (:

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