Las sirenas cantan sobre la nostalgia y Poseidón empuja mi barca en dirección contraria.
A veces, me supera el sentimiento uliseico de regresar y descansar:
- La primera vez, tenía siete años, estaba en un campamento de verano y me dolía la tripa, lloré frente a la monitora
- La última vez, al día siguiente del funeral de mi abuela, salí de trabajar y lloré en el coche.
¿Soy Ulises que ha perdido la nocción del tiempo o Calypso que está atrapada?
Tal vez dejé de marcar los días, el telar esta acabado y ya no sé si no puedo o no quiero volver a casa.
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