Las hojas de los árboles son amarilla, naranjas y rojas, el verde todavía persiste en algunos lugares, donde el verano se aferra a las ramas, pero en otros el invierno ha ganado.
La ciudad está enamorada y desolada, mis orejas frías, mis mejillas rojas. No quiero que llegue el invierno, deseo quedarme a la orilla de esta noche, antes de llegar al final quiero leer el cuento otra vez, no quiero irme a dormir todavía.
No temas, tal vez la noche tenga en su tisû, el mejor de los cuentos.
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