Es tan breve que el verdadero sentimiento se queda siempre a las puertas de la conciencia.

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sábado, 23 de abril de 2011

Tu vida jugando al escondite entre mis sábanas, yo nunca fui buena en ese juego, siempre la primera en ser pillada y la única que no atrapaba a los demás. No te encontraré si no te dejas encontrar.
Te llamo cobarde para que salgas de tu escondite, al oído cuando duermes, a la cara cuando estás despierto, pero te limitas a darte la vuelta en la cama o a preguntarme "¿por qué?", como si no lo supieras. Es por esa sensación de presión en el estómago, casi al fondo del diafragma, que me obliga a veces a soltar un suspiro, parecido al silbido de una olla express cuando la temperatura es demasiada.
No sales y tengo ganas de pegarte, tal vez al chocar mi frustración contra tu piel consiga por fin sacarte de tu escondrijo. Maldito cobarde.
Lo intentaré porque te quiero de vuelta, pero yo nunca he sido buena en este juego.

3 comentarios:

  1. Que lindo lo que escribiste, me encanta como te expresas. unbeso :)

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  2. El hecho de que tu protagoista se haya dado cuenta es el comienzo de un cambio, aunque en realidad yo preferiría no cambiar sino que se me ame como soy, por lo que soy; en éste mundo debe existir alguien que necesite a alguien como yo. Un gran abrazo

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  3. La mejor manera de hacer que una persona se deje encontrar, es bastante fácil. Sin trampas, haciéndole confiar.

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