Es tan breve que el verdadero sentimiento se queda siempre a las puertas de la conciencia.

Inscritos

lunes, 14 de marzo de 2011

Como una inundación cuando un embalse rebasa. La presión se hace insoportable y la presa se rompe, el agua se desborda y arrasa todo a su paso, incontables pérdidas materiales y alguna humana. Pues eso te pasó a ti, vi como te rompías y lloraste el mar Atlántico e Índico sobre mi camiseta; yo me limité a resistir el oleaje, tus uñas clavándose en mi espalda y tus convulsiones, con las que parecía que te ibas a romper; y deseé con todas mis fuerzas ser ingeniero hidraúlico.

8 comentarios:

  1. bonito texto, te invito a mi blog

    saludos
    www.sinboli.com

    ResponderEliminar
  2. Sí, he tenido la ocasión de saborear esos deliciosos desembalses. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Maravillosa explosión de emociones. La narración te empapa. Bravo, en serio.

    ResponderEliminar
  4. Eso me ha pasado a mi, hace poco además, y ha sido uno de los peores momentos. Lo peor de todo es que él no pretendía salvarme, ni ser ingeniero, ni nada de nada...

    ResponderEliminar
  5. Cuando alguien se te derrumba delante, y no sabes que hacer, yo, símplemente, me siemto pequeña e impotente, doy un abrazo (si se lo merece) e intento recomponerle...

    ResponderEliminar
  6. "Y deseé con todas mis fuerzas ser ingeniero hidráulico"

    Esa frase me ha arrancado algo que no te exijo que me devuelvas porque estoy demasiado atontada con el texto. Por esta vez, haré una excepción.

    ResponderEliminar
  7. Yo me hubiera conformado con un flotador...

    ResponderEliminar
  8. Creo que te puede interesar.

    http://secuestramisonrisa.blogspot.com/2011/03/grazie-mille.html

    Sigo tu blog y me encanta. Por eso me ha chocado encontrármelo en otra parte.

    ResponderEliminar

Deja una nota en el cuaderno