La lluvia cae contra mi ventana y se adapta.
Al despertarme, era una pereza deliciosa de domingo por la mañana,
mientras la observaba, se ha convertido en nostalgia,
me acordé de ti y lloré un poquito,
pero a la lluvia no le importó, se había transformado en fría indiferencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja una nota en el cuaderno