Es tan breve que el verdadero sentimiento se queda siempre a las puertas de la conciencia.

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sábado, 22 de febrero de 2020

Estoy harta de dormir por aburrimiento,
vuelvo a sentir la nada acechando
a los bordes de mi conciencia,
la gente habla y no dicen nada,
me obligan a compartir su vacío,
a pronunciarlo con mi acento
hasta que también es mío.
Abro la boca y no sale nada.
Las lágrimas atrapadas tras los párpados,
contemplar el techo a las 3am,
no recordar la última vez que me reí con ganas.
Quiero importar,
o al menos hablar de algo que importe,
quizás recibir una respuesta.
La lengua que hablo
está muerta o es intraducible,
me siento extranjera en todas partes.
Grito a la nada y no me responde.

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