El
proyecto Vida en Marte tiene como objetivo la creación de un asentamiento
humano en el planeta rojo. Tras la construcción de la infraestructura, seis
seleccionados viajamos durante 260 días en la astronave, con el fin de vivir en
Marte el resto de nuestras vidas.
Hoy
pisamos suelo marciano, hoy es el primer día del resto de nuestras vidas.
-
Mirad,
la Tierra.- dice Dean.- tan pequeña pero tan importante.
Es
lo primero que hacemos al pisar Marte, buscamos en el cielo, la Tierra, se ve tan
pequeña, ¿cómo puede ser tan importante? Allí, aunque no la vea, está la casa
en la que crecí y todas las personas a las que quise y quiero, todo aquello que
echaré de menos, todo lo que he conocido, todo junto en algún punto casi
invisible, que pequeña es, que insignificante su tamaño, pero contiene algo tan
importante.
Mientras
contemplamos nuestro planeta de origen, miro a Dean y le hago aquella pregunta
que aun después de casi un año seguimos haciéndonos todos.
-
¿Por
qué has venido a Marte?
-
Quería
adelantarme a los acontecimientos. Al final toda la humanidad acabará viviendo
en Marte.
-
¿Cómo
lo sabes?
-
Porque no tendrán otra opción, porque un
día acabaremos con los bosques, los
habremos talado para conseguir madera, espacio donde construir o cultivar y los
pocos árboles que queden estarán en algún museo, porque un día seremos tantos
que los animales no tendrán hábitat donde vivir y todo ese globo azul será
nuestro, porque un día los polos se derretirán y el poco agua dulce que nos
quede la habremos contaminado. Y si no, tendremos un final más rápido, la
codicia y la arrogancia de los hombres llegará hasta tal extremo que teñiremos
la tierra con sangre y destruiremos el planeta con las armas con las que queremos
salvarlo. Entonces los que sobrevivan vendrán a vivir a Marte y desde aquí
podrán ver lo que quede de la Tierra, si es que queda algo, y darse cuenta de
lo estúpidos y codiciosos que fueron, y tal vez aprender, puede incluso que
cambiar.- A lo lejos el globo terráqueo gira muy despacio, su color parece
apagarse.- La tierra ya está muerta.
-
No
digas eso.
-
Es
la verdad.
-
Pero
no quiero saberlo, quiero vivir ingenua e ilusa, y pensar que somos lo
suficiente fuertes para salvar el planeta, lo suficiente inteligentes para
saber que los pasos de hoy comienzan el camino de mañana, y hacerlo recto y
pavimentarlo para los que vengan después, quiero tener fe en las personas.
-
En
las personas puede, pero no tengo fe en la humanidad, el hombre se corrompe en
sociedad, destruye todo aquello que quiere en su afán de “más y mejor”, de
subir en esa escalera social que no va a ningún lado, que solo sube y sube. Te
lo aseguro, es un planeta acabado y ahora ya no es nuestro planeta, ahora
viviremos aquí hasta el final.- asegura Dean, entonces por primera vez me
mira.- ¿Por qué has venido tú a Marte?
-
No
lo sé.
-
No
importa, ahora serás famosa, nos recordarán para siempre, los primeros
habitantes de Marte.
-
Precisamente
me preocupa haber desperdiciado una vida en la tierra por la soledad de la
historia. Pero no venir habría sido elegir no crecer, quedarme a salvo en casa,
haberme negado lo increíble, lo extraordinario de viajar más allá de las
fronteras de la tierra, traspasar los límites de la humanidad, habría sido
arrepentirme toda mi vida.
Mire
la burbuja de cristal que era ahora nuestra ciudad, el desierto rojo se
extendía hasta donde alcanzaba la vista y nuestro antiguo planeta ocupaba el
cielo, desde hoy había vida en Marte, seis vidas, quien sabe que pasaría en el
futuro, pero está había sido mi decisión arriesgada, el primer día del resto de
nuestras vidas.