Es tan breve que el verdadero sentimiento se queda siempre a las puertas de la conciencia.
Nos buscábamos las cosquillas entre las sábanas, aunque tú asegurases no tener y yo estuviese segura de que no tenía. Investigábamos minuciosamente cada milímetro de piel, todo con tal de asegurarnos de que allí no había cosquillas, que divertida excusa.
Já! Bonita escusa, si señor...
ResponderEliminar(:
Y tan divertida :)
ResponderEliminarsuena bien^^
ResponderEliminarLa mejor excusa de todas, era necesario asegurarse de que ninguno de los dos mentía.
ResponderEliminar¡Un beso!
jaja, excusas inocentes? Me encanto sisi
ResponderEliminarDivertida, divertida... ¡Y peligrosa! Las cosquillas excesivas sacan lo peor de nosotros, es una dicotomía inquietante.
ResponderEliminarEn su medida justa nos hacen reír, en exceso, entramos en fase berserker.
Un saludazo, Lady S.
Bonito blog, te sigo (:
ResponderEliminarHola :)
ResponderEliminarestoy recomenzando mi blog, espero
te suscribas nuevamente y podamos leernos, te dejo besitos
Adios.
se habían fugado con la tabla de planchar y los lunares del hombro. seguro que sí.
ResponderEliminar(mi elefante
te deja un té)
Cualquier escusa es buena! Un beso;
ResponderEliminardesaparecieron sin dejar rastro, porque tres son multitud, no? :)
ResponderEliminar¿aprarecieron entonces?
ResponderEliminar(:
No, no , no, no, !!! ¡¡QUE NO SOPORTO LAS COSQUILLLAASSS!!!! jajajajaja
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