Estaba allí, en la curva de su hombro cuando el tirante resbalaba por ella, en la curva de su cuello cuando alzaba la barbilla, en sus pestañas cuando cerraba los ojos, en su boca cuando tenía los labios entreabiertos.
Pero sobretodo estaba en su voz cuando gemía su nombre, se llamaba deseo, e hizo que él derrapase en sus curvas.
Y, el deseo a veces gana...
ResponderEliminarUn beso :)
El deseo. ¿Quién no lo ha sentido alguna vez?
ResponderEliminarSi es que... Como resistirse a esa pasión.
ResponderEliminar¡Maldita! Que bien escribes (:
El impulso de tu piel nunca te miente ♥
ResponderEliminarbesos!
El deseo de sobrepone a todo (:
ResponderEliminarFastidia cuando lo sientes pero no puedes hacer nada. Y es lo que me sucede a mí. Arg!
ResponderEliminarBesitos.
Ese que nos hace cometer locuras y dejarnos llevar...
ResponderEliminarImposible resistirse.
ResponderEliminarP..♥
Cuántas curvas para perderse..
ResponderEliminary derrapar.
Que divertido
El deseo, todo lo envuelve. Gran entrada.
ResponderEliminarMe gusto y tu blog, te invito a que pases y me conozca un poco. Te sigo.
El deseo nos saca del camino :)
ResponderEliminarNo estaba en un lugar en concreto. Estaba en toda ella, seguro :)
ResponderEliminarDesde Marte
Mirna