Amanda con su balanceo de caderas, su pintalabios rojo, su mirada felina, su manía de bajarse los pantalones en los ascensores, de subirse las faldas en los baños públicos, de besar a desconocidos, de llamarlos amor a todos porque nunca se molesta en recordar sus nombres.
Amanda, con su legión de amantes, solo ha sido tocada una vez en el corazón y ese simple contacto se lo rompió en mil pedazos.
Pobre Amanda u.u
ResponderEliminarPor ello es como es, ¡pobre Amanda...!
ResponderEliminarOu.
ResponderEliminarHay una Amanda en cada ciudad.
Por eso prefiere ya ni siquiera recordar sus nombres :/..pero amanda tiene que aprender que solo son piedras en el destino y que si alguien le hizo eso no merece tal cambio en ella.
ResponderEliminarY no solo en cada ciudad, sino tal vez en cada calle, malo para amanda, comun para el mundo y no deberia ser asi.
ResponderEliminar:o Amanda... es demasiada amanda...
ResponderEliminaroh... creo que a todas las personas que nos han roto el corazon alguna vez cambiamos para siempre :(
ResponderEliminarquizas no tanto como amanda pero..