Te he querido y odiado con la intensidad de mil soles, teníamos algo por lo que valía la pena gritar y discutir, arder y consumirse, una pasión que habría hecho que tras la muerte nuestras cenizas se reavivarán en unas llamas tan altas que lamieran el cielo.
Me re gusta la imagen del titulo. Y tu blog todo.
ResponderEliminarme encanta tu blog! :)
ResponderEliminar¡Dios mío!! y yo que me creía apasionado jajaja
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