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lunes, 2 de agosto de 2010
La casa azul tiene un porche enorme, Viviana se queda mirando desde la valla porque no tiene el valor de acercarse hasta allí y buscar las huellas de los de la bicicleta voladora, le da miedo que la señora Agnes la pille; A sus 15 años Viviana sigue siendo muy callada, siempre había sido la más vergonzosa; era la más joven del grupo y siempre los perseguía a la carrera, gritando "Esperadme, esperadme", cosa que nunca hacían, eso no significaba que no la quisieran, solo que eran muy inquieto y tenían las piernas más largas. Viviana puede pasarse horas frente a la casa azul, a veces pasa una bicicleta y pega un respingo, “maldito Paul” murmura y llora suave, porque ya no le salen más lágrimas por esa pena tan vieja que siempre la acompaña.
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Viviana me cae muy bien :)
ResponderEliminarPobre Viviana!
ResponderEliminaruna pena vieja que ya no le hace llorar? Eso quiere decir que tan seca esta que tiene que salir a buscar nuevas aventuras, penas y felicidades, hasta que vuelva a llorar los mares que todo cuerpo necesita. Porque se sigue respirando, no? Entonces se tiene que seguir viviendo
ResponderEliminarEntonces ha debido pasar por muchas antes.
ResponderEliminarme encanto. dile a viviana que la paso a buscar para subirla a mi bicicleta y dejar atras a paul y los demas.
ResponderEliminarun saludo desde la lejania.
Viviana deberia dejar de ir con ellos.
ResponderEliminarUn beso;
Penas viejas...ojala no se vuelva tan vieja...
ResponderEliminarque linda historia
ResponderEliminarBicis voladoras y penas viejas, me gusta.
ResponderEliminarPrecioso. Desde aquí puedo oler la claridad de los días y llenarme con los colores de tu texto.
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